Ya no veo la orilla. Pero estoy pendiente. Atada. No logro dejarme ir.
Estoy resistente.
En un atardecer violeta mezclado con rosas y amarillos, tengo frente a mí una gran isla llena de palmeras y árboles que no logro descubrir. Si cayera de un avión ahora mismo y no supiera dónde estoy, diría que esto es lo más parecido al Amazonas.
Escucho un mantra a lo lejos. Puedo imaginar una comunidad hindú realizando alguna celebración a la caída del sol.
Estoy en la Clínica de Ayurveda más importante del sur de India. Sus doctores, consagrados por la excelencia de sus estudios heredados de épocas milenarias me hacen sentir segura y en buenas manos. El lugar predispone para muchas cosas. Pero una de ellas para no dejar de pensar. Qué pena. Tanta calma, me inquieta. Me desestabiliza.
Estoy tan occidentalizada que mis tiempos libres entre masajes, y yoga, no los entiendo. No entiendo el tiempo libre. No entiendo qué hago, si no hago nada.
Quizás, a un mes de haber llegado, la mente, tan hipócrita e inestable, me empieza a jugar malas pasadas. Me lleva de un lado a otro. Pasado, presente, futuro.
Revive momentos, personas. Juzga, manifiesta, crea, miente.
Y yo, que sucumbo en manos de ella, me pregunto si en esta batalla por el equilibrio, esa orilla desaparecerá realmente...
Un pensamiento positivo se arrima, sin querer, despacito, sonrojado y con voz muy suave, me susurra al oído tres palabras:
Tiempo. Diciplina. Confianza.
Nunca me gustaron los tatuajes, pero llevo uno muy grande en el brazo y todavía no entiendo en qué momento me lo hice. Lo cierto es que este recordatorio para toda la vida, confirma exactamente lo mismo: "Fais confiance au temps"
Mientras me sonrío pensando en aquél día en la Bond Street que caí en manos de un chico raro lleno de piercings, empiezo el tercer libro de mi viaje. Lo encontré en la variada biblioteca de la clínica. Uno de los tres en español y que casualidad o no, se denomina: "Maldito Karma" del alemán David Safier.
Guauu! Que hermoso tu blog, que lindo tu viaje! Las fotos, todo. Pero lo que más me llega son tus palabras, sinceras, transparentes. Te super felicito por el arrojo, el coraje, la valentía de haberte animado a soltar de esta manera. Todo lo demás, como vos bien decís, es cuestión de paciencia. Como decía Rilke en Cartas a un joven poeta: ame usted ahora las preguntas que las respuestas quizás lleguen en otro momento... asi que disfrutá del viaje que luego pasa y estamos en un nuevo presente, cada día... omm y no más té!
ResponderEliminarbesos y hasta el pxmo post!
pablo
Acá, allá, hoy, en 10 años... somos los mismos, las mismas inseguridades y ansiedades, las mismas virtudes y fortalezas. ¿Será que hay que abrazar incluso nuestra inquietud, integrar nuestras sombras?.
ResponderEliminarAbrazo suave y sostenido.
Me gustó esto de aceptar, de abrazar cada cosa negativa. Es lo que me dicen constantemente acá. Cuesta, pero está bueno sentir que solo resta entender y acompañar ese sentimiento, ni más ni menos. Qué ganas de compartir unos mates en esta mañana filosófica! Beso enorme amigo :)
EliminarGracias ambos Pablos!!! Qué lindos que son!!!
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