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jueves, 10 de mayo de 2012

Koh Lanta. Tierra de libertad!

Ya pasó una semana desde mi último post y pido disculpas a los lectores empedernidos que me escriben al mail procurando más información acerca de mi situación actual. ;)
Me da alegría recibir muchos mensajes de personas que, por un lado conozco y por otro no. Me siento, hoy por hoy, con una responsabilidad gigante sabiendo que mis palabras tienen un alcance que ya desconozco, y no puedo dejar de pasar por alto la posibilidad de generar algún comportamiento positivo en algún pequeño lector que descubre el blog de casualidad o sugerido por alguien más.

Mañana se cumple un mes desde que llegué aquélla noche de año nuevo a Tailandia. Como les conté, una bienvenida que jamás olvidaré. A pura agua.
El balance de este último mes no se puede expresar con palabras, ya que hablando con Barbara, mi amiga alemana, me di cuenta de lo entusiasmada que contaba mi historia de vida y mi llegada a un país que, más allá de todo, reflejó todo el aprendizaje hecho en los últimos 3 meses en India y Nepal.
Mi mochila se transformaba en valija a medida que iban pasando los días y con eso, lejos de hablar de compras y yendo a una apreciación más honda, dejé todo lo "arrugado", "viejo" y "sucio" que venía acarreando. La transformación y reconexión con mi propia naturaleza la sentí en mis días en Chiang Rai en medio de la selva en una cabaña natural, pero a la vez, refinada y sofisticada. Entendí que nada había de malo con eso. Y que algo de ese placer por lo estéticamente lindo tenía que ver conmigo y con lo que me gustaba. Dejaba de ser la "mujer superpoderosa" para encontrarme con mi parte más femenina, como decía Osho y como me incentivaba Gonza Bosch, mi psicologo de los últimos meses antes de partir. Dejaba de ser la chica "bélica" en busca de tener razón, a encontrar un equilibrio y una paz que me dejaba desayunar con dos iguanas al lado sin ánimos de gritar para que alguien las sacara. El "cascabelito" como decía mi abuela, que un día había dejado de sonar, se escuchaba nuevamente.
"El pollito tilín tilín", el majuestuoso cuento creado por mi padre para que durmiera, tenía razón. Hoy, a la distancia veo ese cuento como un gran aprendizaje y sé que si él lee éstas líneas quizás se emocione al saber que la campanita del pollito luego de su largo viaje, había vuelto a sonar luego de sacar el palito que le entorpecía seguir camino al compás de su música.

Osho en su libro, "Sobre el poder de lo femenino" (Chechu, recordará también en aquél viaje al norte donde la taladré con este libro) cuenta que hombres y mujeres deberían volver a encontrarse con sus verdaderas naturalezas para volver a ser quiénes son. Un libro que me regaló Matías, mi vecino, y que adoro porque explica de una manera muy sencilla cómo volver a reconectarnos con nosotros mismos. En el caso de la mujer, explica de una manera muy interesante cómo fue nuestro tránsito hacia la independencia, el feminismo y hacia lo que hoy llamamos la "mujer superpoderosa". Pero lo cierto es que nada de eso sentimos verdaderamente y no está en nuestra naturaleza enfretarnos con todo el día a día solas. Necesitamos de un compañero. Y lejos del concepto de tener un compañero sólo por compañia, necesitamos volver a tener hombres de verdad. Fuertes, sinceros y que nos cuiden y protejan. Por otro lado, la mujer, naturalmente, es dulce, sensible, y posee un poder de seducción capaz de atraer todo aquéllo que quisiera si realmente no se resistiera a creer que puede con todo.

Podría escribir líneas y líneas con respecto a esto y a todo lo que descubrí a lo largo de mi viaje en este punto. Pero, para no aburrirlos, solo quiero expresar la enorme alegría y satisfacción que me produce encontrarme en este lugar. Fortalecida, feliz, alegre y más mujer que nunca. Más sincera que nunca conmigo misma, con los demás, y flameando la bandera de la libertad, como diría William Wallace. Dejando atrás etiquetas y pasado. Dejando atrás lo que nos dijeron que éramos, para volver a ser quiénes somos VERDADERAMENTE.
A mi me costó un largo viaje. El "soltar" todo. Dejar "todo" en pos de ser genuina conmigo e ir en busca de algo más. Algo que sentía dentro mío y que necesitaba ser escuchado con atención lejos de todo lo que me rodeaba. Lo que me distraía y no me dejaba ser. Por eso tan lejos. Dicen que a la distancia, se ve mejor.
Hoy puedo decir que me puse la mochila de mochilera y de alumna para contarle al mundo una pequeña historia. Sencilla. Humilde. Y a través de este medio, un blog, lograr encender una lucecita en cada una de las personas que estén en este momento enfrente de su computadora leyéndome.

No importa todo lo que hayas pasado en la vida. No importa todos los errores que hayas cometido. No importa todo aquéllo que no te hizo sentir bien. No importa si no sos lo que creíste algún día que ibas a ser. Hoy más que nunca, sé feliz como sos. LIBRE.
Libre de prejuicios, libre de la crítica, libre de pensamiento, de religión y no pierdas el tiempo. Despertate. Y andá en busca de eso que sentís tan adentro. Eso que cuando lo pensás te saca una sonrisa en la cara.
Eso a lo que llamamos sueños.

Te aseguro que cuando se llega a ellos la felicidad es la más profunda e intensa que jamás hayas sentido.



1 comentario:

  1. Por Dios Coty, basta ya!!! No más té, playas... nos vamos a morir de tanta libertad!! jajja Aunque sea, volve, nos contas un poco y después te volves a ir... dalee, porfi.... ; )

    beSOSueltos

    pd: que buenos aires está tan linda... y tranquila...

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