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domingo, 12 de febrero de 2012

Muy lejos. Pero muy cerca.

Goa es el estado de India más pequeño en términos de extensión. Se encuentra a tan sólo 400 km de Mumbai sobre la costa del Mar de Arabia.
En 1498, Vasco de Gama se convirtió en el primer europeo en pisar la India. Quizá Vasco de Gama no fue el primero; Marco Polo cita a la India en su libro de las Maravillas. Los portugueses llegaron con la intención de establecer una colonia y tomar el control total del comercio de especias. Pero en diciembre de 1961 las tropas indias entraron en la colonia y tomaron Goa por la fuerza.
Así es como Goa me recuerda un poco al norte de Brasil pero con la diferencia que en sus playas se ve tanto color como en una pasarela de moda de la mano de numerosas indias usando sus Saris tan sólo para caminar por la arena.

Llegué a Goa luego de una hora de vuelo desde Mumbai, tomándo un taxi en el aeropuerto y dirigiéndome a una playa no muy conocida al sur de la región, llamada Palolem. Ahí, ya tenía mi cabaña reservada a orillas del mar. Lo cierto es que llegar me costó no sólo 1400 rupias si no que algo así como dos horas de viaje con "Suré" , que tampoco hablaba una palabra de inglés lo que hizo que mis dos horas de viaje fueran algo así como cinco.
La idea era estar alrededor de las cinco o seis de la tarde. Pero entre el vuelo demorado de Air India y el viaje hasta la playa, llegué muy entrada la noche. Algo que no recomiendo si uno no sabe bien a dónde va, ya que nos resultaba imposible encontrar el complejo de cabañas entra tanta selva y palmeras.

Ya pasaron tres días desde que estoy en Goa y todavía un poco dormida de día y con los ojos de búho de noche no logro recuperarme del Jetlag. No obstante, todo es verdaderamente increíble. Me levanto alrededor de las 8 o 9 de la mañana dependiendo si quiero hacer clase de yoga. El desayuno llega más tarde, un menú de frutas exóticas, huevos, papas, jugos, y variedades de té, dan la pauta de que uno ya no está en casa. Reposeras precarias y sombrillas de paja me hacen sentir una reina, mientras que entre las actividades que suelo elegir está el Kayak en un mar un poco caliente para mi gusto y planchado completamente en el atardecer violeta. Así solí pasar estos tres días. Leo, camino, y hasta me compré una colchoneta inflable para estar en esta pileta natural libre de tiburones pero llena de delfines.
Por la noche, la carpa gigante llena de mesas, sillas de caña, telas y almohadones donde desayuno, se convierte en un lugar lleno de luces de colores. Bajan las mesitas a la playa, las llenan de velas y ahí cena todo el mundo por tan solo 5 o 6 dólares.
El mozo me dice Katty. Intenta decir Costy pero no le sale y cada vez que escribe mi nombre y número de cabaña en la cuenta, veo que escribe de esta manera. Cuando llego por la mañana a la playa me grita, "Good morning Katty, what are you going to drink today!" con un inglés sumamente precario y hasta aveces inentendible que me hace reír.

Estar en India es una experiencia pocas veces sentidas. La energía que tiene este lugar es única y pienso, por momentos, que todo es como un gran sueño...Que voy a levantarme y que nada de esto será verdad.
Pero no. Despierto y acá estoy.
Sola, a miles de kilómetros de casa, me siento más cerca que nunca.


4 comentarios:

  1. Muy bacana. Qué divinor de lugar! Le amo. Me alegra que te esté haciendo tanto bien. :)

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  2. qué lindo es leérte!!! disfrutá mucho esta experiencia de estar "con vos misma", es impagable. Te quiero!

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  3. Aunque el comienzo del trip es muy top, se le te envidia(bien). Se ve que está haciendo el viaje del descubrimiento, y creo que lo que vendrá será muy pero muy groso. Como decía marcel Proust "El Verdadero Viaje del descubrimiento no consiste buscar nuevos territorios, sino en tener nuevos ojos". Te felicito Katty!!!

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