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sábado, 28 de abril de 2012

Hacia Koh Samet

Aterrizaba en Bangkok nuevamente desde Chiang Rai y mientras el calor (40 grados) me dejaba todo el cuerpo pegoteado entre tanta mochila (que crecía y crecía) y tanta caminata, me apuraba para llegar rapido al Hotel e ir a encontrarme con una amiga que conocí. Eso era a las seis de la tarde en el Mc Donalds de Kao San Road. Yo había llegado a las cinco y tenía una horita del aeropuerto a la ciudad en tren y bus. Asi que, a las corridas!
Ella se llama Helen. Es de Estonia. Y viene viajando hasta 7 meses. Estaba llegando en un vuelo directo de Australia. Nos conocimos porque asi lo quiso la vida... Ya les contaré en otro capítulo! ;)

Mañana partíamos para Koh Samet. Finalmente el itinerario ya estaba planteado. Hay muchas islas increíbles en Tailandia y cuesta tanto decidir con cuál quedarse. Desde la isla de la peli "La Playa" Koh Phi Phi, sobre el Mar de Andamán, hasta la increíble Koh Tao sobre el golfo de Tailandia my conocida por los amantes del buceo, para los que quieren aprender y para los que quieren estar tranquilos lejos de las playas turísticas.
Lo cierto es que Koh Samet era incluso menos conocida que hasta las playas tranquilas que había en todo el país. Es una isla muy chiquita cerca de Koh Chang a 4 horas de Bangkok a la que se llega en Bus y ferry. Sobre el lado este.

Todavía no tenemos alojamiento pero espero que la buena energía nos acompañe para encontrar alguna cabañita o bungalow no muy caro y cerca de la playa.
El plan era perfecto. Solo restaba rezar por buen tiempo!




jueves, 26 de abril de 2012

The Thai Weeding!


El novio entrando.
Sólo habla inglés y la ceremonia fue toda en Thai! Ouch!




Los cupcakes un clásico MUNDIAL de moda!


El "Cheesy book"


Cristopher. El manager de Naga Hill. 
Después de 11 días nos hicimos tan amigos que nos dejaron casarnos ;)


La Ceremonia. Nunca entendí lo que estaba pasando. 
Al final los invitados les ataron las manos con cintas.
Un poco extraño para mi gusto...



Rarezas de la gastronomía Thai. De postre: gelatinas de colores.


Atardecer "Romantic"


El ramo que nunca agarramos pero que ROBAMOS con Eleonor.


La suelta de globos con pedidos para los novios. Sí. Ya sé. No es año nuevo.



Un espectáculo inolvidable. 
A esta altura entre el vino y las gelatinas de colores estaba
emocionadísima!



El final de fiesta...

Last Night en Chiang Rai

Estamos a tres horas de que arranque la ceremonia. Ella Tailandesa, él Australiano.
Me tuve que cambiar de cabaña. Será que como viene mucha gente y amigos de ambas familias necesitan lugar para que duerman.
Yo, sin chistar mucho y mientras agarraba mi mochila seguí al jardinero.

Después de caminar como 400 metros por el jardín gigante abrí la puerta de una cabaña quer no era precisamente lo que me imaginaba....
Sólo pregunté, mirando para todos lados: "Todo esto para mí solita?"

Esta vez, era Chiang Rai quién me daba la despedida. Una despedida de Reina!
Ni hablar cuando llegué al baño. Tenía una PELOPINCHO DE MADERA!!!!
Esa bañadera no me duró ni dos segundos vacía! Y ese momento, necesitaba ser retratado para la posteridad!









miércoles, 25 de abril de 2012



"Nos hicieron creer que cada uno de nosotros,
es la mitad de una naranja.
Que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad.
Nadie nos contó que ya nacemos enteros.
Que nadie en esta vida, merece cargar en las espaldas
la responsabilidad de encontrar lo que le falta..."

Lost in Translation

Aveces, sobrevivir a dos días en moto por una ciudad caótica de Tailandia podía ser más fácil que sobrevivir a, por ejemplo, comunicarse con los demás.
Cuántas veces los problemas que surgen entre los seres humanos se dan sólo por el simple factor de la COMUNICACION.
Me acordé de una de mis películas favoritas. De una directora que me encanta y admiro. Sofía Coppola. Es amada y odiada. Me gusta esa veta contrastante, ya que no tenemos que lidear con el mas o menos... O te gusta o la detestás.
Por momentos me sentía algo así. Con esa sensación de querer "encerrarme" en mí misma por no entender el idioma, y para no lidiar con que ellos te ignoran por no saber hablar inglés. Lo entiendo y respeto, pero tampoco se dan maña de querer ayudar. No todos, por supuesto, pero la gran mayoría, y más en los lugares menos turísticos. No me había pasado tanto en India o Nepal "gracias" a que las colonias inglesas se habían encargado de dominarlo todo. ;(

El tema de la comunicación nos puede llevar a debatir horas y horas. Es algo fascinante. Y más con todas estas nuevas formas de llegar al otro, como escribí en uno de mis primeros post. El tener toda la tecnología para aveces estar más lejos que nunca. Pero bueno, es otro capítulo. Con Guille hablábamos mucho de todo esto en India. Me acuerdo de nuestras largas conversaciones. Cuando digo largas, me refiero a horas tomando café en medio de Delhi o Jaipur, sin que ni siquiera nos importara ir a ver el edificio más importante (Con Raju en el medio. Nuestro amigo hindú que no se enteraba de nada de lo que pasaba y nosotros cuando nos percatabamos de eso le respondíamos: "Somos argentinos y a los argentinos nos gusta discutir, hablar, debatir" y seguíamos y seguíamos)

Saber comunicarse es una de las herramientas más importantes en la vida. No es sólo expresarse con palabras. Si no con el cuerpo entero. Con toda tu luz. Comunicarse, es expandirse. Irradiar esa energía que hace que los demás pongan un ojo en vos. Se interesen en tu proyecto. En tu vida. Y quién sabe, de esta manera, llega esa mano que justo necesitás. Saber comunicarse es estar alerta. Abierto. Proactivo. Es detectar esos momentos en que las posibilidades están ahí, y que tan sólo sabés aprovechar cuando verdaderamente sabés comunicarte de manera clara y precisa. Leal y contundente. Generando confianza en el otro.

Un simple hecho como el haberme perdido en la ruta me hizo dar cuenta de eso y de mi mal humor por tener que devolver la moto sin haber nunca llegado a destino por no saber cómo comunicarme. Los carteles con escritura Thai, no ayudaban. Como tampoco la gente que me cruzaba por el camino.
A simple matter of Comunication.... pensé. Debía escribir sobre esto.

A pesar de todo, el saldo del día de ayer fue TAN POSITIVO. Luego de haberme perdido, cortarme el dedo del pie y haberme encontrado a tres franceses en mi camino a la cabaña en medio de la oscuridad... me llega un mail con una invitación especial.
Dicha invitación, no era ni más ni menos que para hacer un mural en un edificio de Hong Kong con otra chica. Me deberían haber visto la cara. Leí el mail como 10 veces seguidas para internalizarlo.
Sintético: Me escribió la directora de un colegio de chicos de la calle que subvenciona el gobierno de HK para hacer un dibujo gigante en la pared de uno de los edificios.
La cosa es algo así como más larga. Encontró mi perfil en internet. Sabía que yo iba a Hong Kong porque vio mi itinerario en ese perfil y así las cosas de la vida se van uniendo para que llegue a esta fantástica experiencia a cambio de casa, comida y vivir durante dos semanas en una de las ciudades más caras del mundo.

Cuando creía que mi viaje se iba terminando, aparecían más y más cosas que hacían que me quedara.

Pero.... como para eso faltaba un poco, empecemos por disfrutar el presente.
Mañana tenemos "El GRAN Casamiento Thai!" Y mientras pienso qué ponerme y busco algo "digno" en mi mochila, les comparto este video.

http://www.youtube.com/watch?v=WKwoB9KvEl8






lunes, 23 de abril de 2012

Hello Moto...


El TOP TEN de mi dia en moto...
1. De "la selva" donde vivo, me voy al centro en lo único que se puede ir. Que te lleve la chica que hace las camas o el jardinero en su camioneta y le pagás 200 Baths. Todavía no sé si es con "V" o con "B" porque lo escriben de ambas maneras.
2. Llego al centro y buscamos (con la chica que hace las camas en el Hotel, que en realidad la libero de mi cama, porque mi cabaña la ordeno y limpio yo) un lugar para alquilar motos.
3. "Do you drive motorbikes?"(La chica del local) "Obviusly chiquita" (en inglés-argentino). La verdad de la milanesa: Nunca en mi vida. Apenas me subo. Y es más, me dan miedo.
4. Se olvida de darme el casco. Me doy cuenta una vez que doy la vuelta manzana, gracias a Dios sin matarme y estrolarme con la primer camioneta que dobla en la esquina.
5. Vuelvo. Me pruebo 5 cascos. O soy muy cabezona. O son muy chicos. O no tiene algo digno para mí, señorita con ojos achinados y sonrisa Colgate?
6. Primer semáforo. Dónde estoy? Pregunto al motoquero de al lado. No me da bola. Motoquero 2. Tampoco. Motoquero 3. Menos. Y así hasta que decido simplemente dedicarme a abrir el bolso y sacar el mapa.
7. VERDE! ok.... como era esto. Para adelante, para atrás. Se me dispara el acelerador y freno. Y así como cuando aprendí a manejar a los 17 años.
8. Diviso un Café. Procurando no estrellarme con algo, freno. Bajo ESTRESADISIMA. Me tomo un símil Caramel Macchiato. Me relajo un rato.
9. Miro la moto desde la ventana, la saludo, le hablo, le pongo nombre, le pido que se apiade de mí. Que nunca había manejado una moto en mi vida. Tampoco me había dado cuenta de eso. Ok. Sí, cuatriciclos. Pero no es lo mismo. Es más estable. La cuestión era ser primeriza con ese tráfico. Con esa autopista a la que miraba desde lejos.
No había otro camino. Era, o la autopista o dormir en el local con la chica Colgate. Estaba a 15 km del hotel.
Fue la primera vez que escuché a mi madre en una comunicación telépatica sin escalas a 28.000 km de distancia. "Me lo hacés a propósito!!! para que sufra!" Pobre mi madre, ya tenía bastante con que su hija se había revolucionado e ido a India sola varios meses. Estaba claro que la cruz de "Grace" era yo. Su karma.
10. Finalmente llego a destino. Con mi gran sentido de la orientación después de una hora. Sana y salva.

Bonus Track: Una vez que uno se adapta es increíble lo que una moto puede hacer por uno. El viento que te da en la cara. Los pelos que se te arremolinan en el interior del casco. El sol del atardecer. Los árboles. El lago. Los chicos de las otras motos a los que mirás haciendote la canchera cuando justo se te cruza un perro y perdiendo la estabilidad quedás como una tarada. La música del ipod. Y uno que ( sacando el episodio del chico y el perro) se siente en una publicidad de algo o la protagonista de una serie.

Después de dos horas, tenía el dominio absoluto de mi chiquita.

Existía ahora otro problema. No tenía quién me sacara una mísera foto. La "Autofoco" era la expresión máxima de la depresión y la soledad. Sepanlo. Pero, a pesar de ello, yo estaba feliz.

He aquí la única y mejor foto que pudimos sacarnos juntas. Penelope glamour, versión 2012

miércoles, 18 de abril de 2012

Asi te queria encontrar Felicidad!

Una hora más tarde aterrizaba en Chiang Rai, Tailandia. Casi casi cayéndonos en Laos y Birmania. En medio de una ciudad selvática lejos del turismo y donde la bicicleta es el medio más ecológico y popular para recorrer el pueblo y las plantaciones, encontraría aquí mi nuevo lugar de descanso. Me encanta hacerle caso a los alemanes que voy conociendo a lo largo de mi viaje. Ninguno, hasta ahora, me había defraudado.
Mi cena con velitas y la hamaca paraguaya me esperaban. Premio a la valentía y la audacia de haber emprendido un viaje sola y haber atravesado tantas cosas. Luego de casi tres meses mientras en la pile miraba el atardecer anaranjado que me regalaba la vida, lejos de pensar, solo sentí estar más feliz que nunca.
Este lugar era un sueño para mí, nada más lindo que poder compartirlo con ustedes.

La frutilla del postre: La invitación a un casamiento Thai justamente acá. Quiero retruco, dije, y pedí participar de la decoración. Ya veremos cómo me va!












martes, 17 de abril de 2012

Hello Bangkok

La simpleza y la complejidad. La nada y el todo. La naturaleza y la ciudad. El hostel de mochileros y el hotel de lujo. La vida está llena de contrastes. De movimiento. De ciclos. Del blanco al negro, del negro al blanco. De arriba a abajo. De abajo a arriba. La llave del equilibrio es la flexibilidad. La adaptabilidad.

Bangkok. Caótica. Colorida. Vibrante. Contrastante. Luego de dos meses y medio en India y Nepal, llegar a Tailandia es justamente ese oasis que anhelás después de meses en el desierto. De manera literal es ese baldazo de agua fría que te tiran imprevistamente cuanto te morís de calor. Así, me recibió esta “señora ciudad”. Porque si India era la hija sumisa y espiritual de Asia, Nepal era el novio aventurero de dicha hija y Tailandia la prima pudiente y luminosa del sudeste. Hippie chic. Moderna, glamorosa, pero a la vez natural y rebelde. Todos conceptos que me hacían sentir como en casa con un “bonus track” especial, “de religión, budista”!

La gran familia asiática me sorprende a cada paso, y me hace creer que en otra vida pertenecí a ella. Aterricé el 12 de abril sin hotel y con mucho entusiasmo. Me dio la bienvenida una ciudad frenética que recibía el año nuevo convertida en un campo de batalla. No solo en Kao San Road, la calle por excelencia de la vida nocturna, si no que en los días sucesivos que tuve la oportunidad de caminarla y recorrerla de principio a fin, tomé conciencia que el año nuevo Tailandés se festejaba en TODA la ciudad.

TODA LA CIUDAD, significa lo siguiente: Familias enteras, jóvenes, nenes, personas mayores, provistos de pistolas de agua y baldes de talco acuoso salen a la calle para participar de una de las guerras más pacificas como agobiantes del continente. Para los turistas, es simplemente tener en cuenta que todos los días volverán al hotel empapados y pintados de blanco. Esto, es nada más ni menos que del 12 al 15 de abril todos los años.

El agua y el engrudo decían presente donde estuvieras. En el colectivo era imposible estar con las ventanillas abiertas, ya que los comandos sorpresas con potentes mangueras apuntaban casi sin error desde las veredas para empapar a los pasajeros a toda hora. Ir en “tuk tuk” comprendía el desafío más audaz. Los taxis con aire acondicionado eran la alternativa más decente, como cara. Y en los andenes del skytrain nadie tenía piedad. Como tampoco si ibas con bolsas, o mochilas. Durante los 4 días sucesivos, la ciudad se había vuelto un caos. En medio de ese caos y con 37 grados de calor, muchos encontrabamos refugio nada más ni nada menos que en los tres shoppings más importantes del espectacular “Siam Center”. O "si no puedes contra ellos, úneteles"

Los días fueron pasando, entre el calor de las calles, algunas compras, mis docenas de Caramels Machiattos y mis almuerzos llenos de salmón, me hicieron dejar varios dólares y sentir un poco de culpa. Me quedé pensando, entre café y café, sentada en la terraza de uno de los edificios más altos, que la vida está llena de contrastes. Al fin y al cabo, la felicidad no se trataba de estar ni de un lado, ni del otro. De acumular o de soltar, si no más bien de disfrutar cada cosa que nos ofrece la vida al cien por ciento. Porque la vida estaba justamente llena de contrastes, y eso lo había experimentado en carne propia en los últimos meses y con mayor intensidad. Había dormido en las situaciones más precarias como paradisiacas. Comprendí que nada es permanente. Que un día podemos estar de un lado del río, pero que al día siguiente podemos estar del otro. De esta manera, si aprendemos que la vida es ciclica, y que las cosas están en constante cambio, ya nada nos perturbará tanto. Nos entristecerá tanto. Llegaremos a un equilibrio y un constante disfrute que nos hará ver la vida de otra manera. Ya sea que estemos donde estemos, y tengamos y lo que tengamos.

6 días en Bangkok no son nada suficientes para una ciudad de la que me enamoré tanto. Pero era hora de partir. Y como todos los turistas van hacia Chiang Mai, vayamos un poquito más arriba, donde un terreno más virgen nos espera: Chiang Rai.

En medio de un ambiente agreste y selvático me esperaba mi cabaña “medium size” para dos personas en Naga Hill. El dato me lo había pasado un amigo alemán. Era un hombre que trabajaba en la industria del cine y al que conocí tomando café en Varanassi. Nos quedamos charlando varias horas ese día, comiendo torta de manzana en una “German Bakery”. Believe it or not, en Varanassi había una Panadería alemana! Fue él quien me contó sobre un lugar cercano a Chiang Rai donde había una zona exclusiva para los famosos. En ella se alojaban personajes como Brad Pitt y Angelina Jolie en cabañas en medio de la nada completamente privadas. Naga Hill, era un complejo de cabañas "ecofriendly" justamente en medio de un clima selvático, cercano a este lugar que disponía de tan solo 10 casitas hechas "a la tailandesa", con bamboo y madera, también en una zona que prometía calma propicia para el yoga, la meditación y el relax.

Lejos estaba de tener un Brad Pitt para la "king size" que me esperaba, pero me contentaría con apretar la almohada y chapotear en la “salt water pool” que me anticipaba la web. Chusmeen www.nagahill.com y (NO) pasen el dato! Sólo exclusivos Bahouienses!!!

Luego les cuento!